
Diócesis de La Ceiba

Santos de la diócesis

San Isidro trabajó como jornalero agricultor. La tradición popular conservó la memoria de su espíritu de oración y de generosidad con los necesitados. Se destaca por su amor a la Eucaristía, su devoción a la Santísima Virgen y su caridad heroica al servicio del pueblo, en especial los niños, los desvalidos y los que sufren hambre de pan y de alimento espiritual. Sus portentosos milagros, más de cuatrocientos, se estudiaron en su proceso de canonización.

Era un gran predicador ya que hablaba con un lenguaje sencillo y directo. Una tradición irlandesa le atribuye la hazaña de haber librado la isla de serpientes. Entre sus milagros se mencionan la resucitación de los muertos, curación de los leprosos, los ciegos, los sordos y de toda suerte de enfermos; después de consagrar obispos, sacerdotes y diáconos, bautizar multitudes, fundar iglesias y monasterios; tambien el de destruir ídolos y las artes del paganismo.

Fundó lo que se llego a conocer como las Damas de la Caridad, ayudo a personas a recupera la vista, recuperó el habla y el movimiento, curar el cáncer, curar la epilepsia. Considerando los milagros de san Vicente desde el punto de vista de la medicina contemporánea y de sus potentes medios diagnósticos y terapéuticos, aunque forman parte de curaciones providenciales, no tienen nada de espectacular y sorprendente como podía parecer en el 700.

San Isidro trabajó como jornalero agricultor. La tradición popular conservó la memoria de su espíritu de oración y de generosidad con los necesitados. Se destaca por su amor a la Eucaristía, su devoción a la Santísima Virgen y su caridad heroica al servicio del pueblo, en especial los niños, los desvalidos y los que sufren hambre de pan y de alimento espiritual. Sus portentosos milagros, más de cuatrocientos, se estudiaron en su proceso de canonización.